Castillo de Miraflores

Es el elemento más distintivo de la localidad. Enclavado sobre la cima del cerro de este mismo nombre, domina con su imponente presencia todos los territorios del entorno.

De origen árabe, y reconstruido en el siglo XII por el monarca lusitano Alfonso Enríquez, fue consolidado luego por los templarios, convirtiéndose en uno de los bastiones más importantes de esta Orden.

Originariamente se componía de triple recinto, reforzado el intermedio con cubos apuntados hacia el sur. Lo preside una poderosa torre de Homenaje, completando el conjunto un buen patio de armas, aljibes, mazmorras, capilla y otras dependencias de las que se conservan distintos restos.

Hoy se encuentra en su interior el Centro de Interpretación de las Fortificaciones del Gran Lago de Alqueva y se prepara para albergar en él un espacio único para convenciones, congresos y exposiciones con posibilidad de hospedaje.

Aljibe y Noria del “Huerto de Aguilar”

En las inmediaciones del Castillo, nos encontramos en un huerto de propiedad privada, una de las maravillas de Alconchel.

Conserva dos grupos de edificaciones bien diferenciados: por un lado el ALJIBE, de construcción mudéjar, en ladrillos cocidos rojos de no más de un pie de largos, arcos y columnas que sostienen la bóveda del piso superior compuesto por un pasillo de ladrillos y techo de grandes lajas de pizarra.

A ello le acompaña una escalera para descender al aljibe en épocas de escasa agua.

Y por otro lado la NORIA en sí con su carillón de hierro al que se amarraban con sogas los cantarillos de cerámica para sacar el agua, algunos de los cuales aún se conservan. En la actualidad trata de recuperarse para uso turístico.

Convento Nuestra Señora de la Luz

Está situado en la finca denominada Los Jarales, en la ladera de la Sierra de Moncarche próxima a la orilla derecha del Arroyo de Friegamuñoz. A unos 10 Km. de Alconchel. Se crea poco antes de 1500 y desde entonces fue agrandándose, desde su origen que estaba formado por una capilla excavada en la roca, hasta su última fase constructiva en la que se le hizo un acueducto encima del puente que cruza el Friegamuñoz. Una iglesia, celdas y un comedor completan la edificación hoy casi en ruinas en el seno de un paraje natural de enorme valor ecológico y singular belleza.

Este Convento separa los municipios de Villanueva del Fresno y Alconchel, términos comunicados por un  acueducto sobre dicha rivera. El Convento de la Luz, fue erigido por Fray Juan de Guadalupe en 1501. Presenta la severa traza de los Conventos franciscanos. Su capilla, esta excavada en al roca. Junta a ella aparece el campanil y la Hospedería.

El Convento Franciscano de la Luz, en la actualidad se encuentra totalmente en ruinas. Según cuenta la tradición, apareció la Virgen de la Luz, patrona de Alconchel, a un pastor llamado Antonio Muñoz.

Por encima del arroyo que hay a su lado, se alza un pequeño acueducto que abastecía de agua al convento.

Es uno de los primeros conventos que fundaron los Franciscanos en esta zona, rodeado de un maravilloso paisaje lleno de encinas y una gran belleza, dentro de una zona denominada San Gabriel.

Todos los años por el día 19 de marzo, se realiza la tradicional Romería a los Jarales, en donde todos los alconcheleros y muchos visitantes de las poblaciones vecinas se acercan a disfrutar de un día de campo al igual que a acompañar a la patrona de Alconchel, La Virgen de la Luz, en honor a la cual se celebra esta romería.

Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios

La Iglesia de Alconchel data del S.XVI, con elementos del estilo gótico renacentista. Su fecha de edificación concreta es finales de 1500 debido a que la fecha del comienzo de sus libros data del 1600. Construida sobre un templo anterior del que se conserva la escalera de caracol del S.XIV.

El edificio construido sufriría las consecuencias de las guerras con Portugal y con Francia, lo que conlleva una serie de retoques sucesivos en su estructura. De una sola nave, con tres capillas en su parte norte y dos en el sur; cabecera semicircular y bóveda de medio cañón. En sus pies posee un amplio espacio para el coro donde se encuentra el órgano del siglo XIX.

Tanto la iglesia en su interior como el órgano han sido restaurados en el siglo XX. La última reforma de la iglesia fue en los años 70. La imagen más venerada de la misma es la patrona de Alconchel,  la Virgen de la Luz, cuya talla data del siglo XVI.

Está destinada al culto, al igual que las dos capillas que hay en la localidad, una La Capilla del Santo Ángel y la otra La Capilla de la Virgen de la Soledad.

Ermita de la Esperanza

La Ermita de la Esperanza debió construirse durante del Siglo XVI mediante el patronazgo que por estas fechas realizan los Señores de Alconchel don Juan de Sotomayor y doña Francisca Portocarrero, al igual que se construyó la Iglesia y la Capilla del Castillo.

Esta Ermita, actualmente en ruinas, se encuentra ubicada a modo de torre vigía en lo alto del monte denominado de la “Esperanza” frente al Castillo.

De un solo cuerpo, actualmente se conservan los muros perimetrales y un trozo de bóveda, aunque pretende ser objeto de una íntegra remodelación.

Siempre fue atendida por ermitaños, según consta en el Libro de Oficios y Rentas del Archivo Municipal.

La antigua Cárcel Pública

La Antigua Cárcel Pública es un edificio singular datado a mediados del s. XVII que fue totalmente rehabilitado en el año 2004.

Está compuesto de varias habitaciones en dos plantas, antiguos calabozos, alguno de ellos a modo de mazmorra en el subsuelo.

Protegido por fuertes rejas de forja maciza, la fachada está coronada por un remate en espadaña de un solo arco que alberga una campana.

La campana es muestra de una de las tradiciones que aún se conservan en la villa ya que su toque es el sistema de aviso de incendios en el término de Alconchel, en este edificio se pretende ubicar el Museo de Historia Local.

Torre del Reloj

El 29 de diciembre de 1903 se celebra Sesión Plenaria del Ayuntamiento de Alconchel en la que se aprueba por unanimidad: “los gastos ocurridos en la compra del Reloj y construcción de la torre para el mismo, los cuales se han llevado a efecto sin las formalidades de subasta por la perentoria necesidad de llevar a efecto mencionada compra y referida construcción de torre…” Libro de Actas y Sesiones de Pleno y Comisión Gestora del Archivo Municipal de Alconchel, nº 24-2 (1903-1904) pagina 87.

Era alcalde D. Jacobo Mozón Ambrona elegido el 1 de enero de 1902 y cuyo mandado se extendían entre dicho 1 de enero de 1902 y el 31 de diciembre de 1904, ya que las legislaturas de entonces duraban dos años y los plenos se celebraban cada semana y eran de asistencia obligatoria. Eran los Gobiernos denominados “El Turno” durante la etapa de la Historia de España de la Restauración. El Ayuntamiento tenía 11 concejales electos y D. Jacobo Monzón Ambrona fue elegido con 8 votos a favor y 3 en blanco. Como teniente de alcalde se eligió a D. Valentín Berrocal Ortiz. El 5 de enero de 1902 se nombró también al secretario del Ayuntamiento D. Jacinto Rodríguez Cavero, artífice del procedimiento posterior del expediente de construcción y compra del reloj.

Los concursos de obras podían ser mediante subasta o administración directa del Ayuntamiento, en este caso, se decidió hacer por urgencia, con lo cual, no pasó por subasta alguna y tampoco hay datos de la ejecución ni el posterior importe de la misma.

Así se llevo a efecto la compra del reloj y la construcción de la torre en la Plaza, que hoy llamamos Francisco Vera, pero que por aquel entonces no recibía nombre especifico. La plaza originaria contaba con un pilar para abrevadero de bestias en el medio hasta que después de la Guerra Civil se erigió en su lugar una Cruz en homenaje a los caídos en dicha Guerra. En el año 1982 fue sustituida la cruz por una fuente orna-mental denominada de “Los Templarios” con cuatro leones, chorros de agua e iluminación decorativa.

El reloj mecánico de Alconchel debió construirse en Londres allá por mediados del siglo XIX ya que, aun no teniendo fecha ni distintivo, resulta ser de un modelo similar aquellos de la misma época y procedencia, según los técnicos especialistas, DEL MISMO RELOJERO QUE EL DE LA PUERTA DEL SOL DE MADRID. Nuestro reloj consta de: el motor, suele ser un muelle que acumula energía, una lámina de metal que se enrolla sobre sí misma, acumulando la energía que hace moverse a todo el mecanismo. Al pro-ceso de enrollar el muelle se le llama “dar cuerda”, que aquí se le da todos los días. El motor transmite su energía a un tren de rodaje o conjunto de ruedas que descomponen esa energía acumulada. A los ejes de esas ruedas irán unidas las agujas (o más propiamente, las manecillas) que desde el exterior del mecanismo permiten consultar la hora en una esfera. El tercer elemento es el oscilador o regulador. Se encuentra en el otro extremo del tren de rodaje, y sirve para contener y dosificarla energía liberada por el motor.

El sistema pasa a las campanas para dar los toques de los cuartos y las horas. El mecanismo del reloj de Alconchel fue construido para tres campanas, lo que permitiría avisar con toques antes de los cuartos, pero no llegó a colocar-se esa tercera campana, aunque el tren de rodaje está preparado para ello.