El Castillo de Alconchel es el elemento más distintivo de la localidad. Enclavado sobre la cima del cerro de este mismo nombre, domina con su imponente presencia todos los territorios del entorno.

De origen árabe, y reconstruido en el siglo XII por el monarca lusitano Alfonso Enríquez, fue consolidado luego por los templarios, convirtiéndose en uno de los bastiones más importantes de esta Orden.

Originariamente se componía de triple recinto, reforzado el intermedio con cubos apuntados hacia el sur. Lo preside una poderosa torre de Homenaje, completando el conjunto un buen patio de armas, aljibes, mazmorras, capilla y otras dependencias de las que se conservan distintos restos.

Hoy se encuentra en su interior el Centro de Interpretación de las Fortificaciones del Gran Lago de Alqueva y se prepara para albergar en él un espacio único para convenciones, congresos y exposiciones con posibilidad de hospedaje.

El Castillo de Alconchel es el elemento más distintivo de la localidad. Enclavado sobre la cima del cerro de este mismo nombre, domina con su imponente presencia todos los territorios del entorno. De origen árabe, y reconstruido en el siglo XII por el monarca lusitano Alfonso Enríquez, fue consolidado luego por los templarios, convirtiéndose en uno de los bastiones más importantes de esta Orden.

Originariamente se componía de triple recinto, reforzado el intermedio con cubos apuntados hacia el sur. Lo preside una poderosa torre de Homenaje, completando el conjunto un buen patio de armas, aljibes, mazmorras, capilla y otras dependencias de las que se conservan distintos restos.

Hoy se encuentra en su interior el Centro de Interpretación de las Fortificaciones del Gran Lago de Alqueva y se prepara para albergar en él un espacio único para convenciones, congresos y exposiciones con posibilidad de hospedaje.

SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y EMPLAZAMIENTO TOPOGRÁFICO

Este majestuoso castillo roquero se sitúa en el Cerro de Miraflores, a 296 m. de altura, al norte de la población, bordeado por la carretera que lleva a Olivenza, a 19 Km., a 44 Km. de Badajoz y a 25 Km. de la frontera portuguesa.

Sus posibilidades de observación son buenas en dirección a Badajoz, aunque se presenten dificultades hacia el este y oeste por cotas dominantes como la Sierra de la Cobanada, la Sierra de las Puercas y Sierra Morena.

No está enlazado óptimamente con ninguna otra fortaleza, pero si lo está con las torres atalayas que se encuentran en los montes cercanos, permitiendo el control de un extenso territorio.

Accesos actuales, coevos y potencialmente practicables. El acceso actual a la fortaleza se realiza a través de la Calle El Venero que desde el interior de la población se prolonga por un camino de tierra hacia la entrada a la fortaleza o desde la carretera EX – 107 Badajoz – Portugal en cuyo punto kilométrico 42,600 del tramo Olivenza – Alconchel, se desvía hacia la derecha un camino alquitranado de 2 Km. aproximadamente, en buen estado, que conduce hasta las proximidades de la puerta de entrada a la fortaleza.

SOBRE EL CASTILLO

Desde el punto de vista histórico debe recordarse que existió aquí un enclave musulmán, del que no queda ningún vestigio. En primer lugar fue ocupado por los portugueses, avanzado el S. XII, en tiempos de Alfonso I, en 1166. Pasó a manos castellanas cien años después, en 1264, y fue cedido a la orden del Temple primero y a la de Alcántara después.

La fortaleza está llena de Historia de las luchas que mantuvieron los Reinos de España y Portugal, por ello ni la Villa ni la fortaleza irá separada de los avatares por lo que pasan ambos reinos que decidieron a lo largo del tiempo establecer una frontera que sirvió para reforzar aún más el papel de estas fortalezas.

La mayoría del grueso de la fábrica esta construida con piedras, con sillares en las esquinas de la torre del homenaje y mampuesto. La madera es utilizada en pocos lugares como en trancas ranguas, suelos de la torre y posiblemente en el rastrillo de la puerta de entrada actual y en los mechinales de la parte superior del lado norte de la torre.

Originariamente se componía de triple recinto, reforzado el intermedio con cubos apuntados hacia el sur. Lo preside una poderosa torre de Homenaje, completando el conjunto un buen patio de armas, aljibes, mazmorras, capilla y otras dependencias de las que se conservan distintos restos.

El castillo tampoco ha escapado al acerbo popular y son algunas las tradiciones locales que giran en torno a él. A pesar de ser muchos de ellos datos exagerados resultan ser curiosos y dignos de ser rastreados documentalmente.

Así, en Alconchel se suele afirmar que desde la fortaleza parte un túnel que conduce a la Iglesia parroquial y otro a la cercana Ermita de la Esperanza, efectivamente algunos castillos han contado con minas o pasadizos que servían de escape en situaciones de asedio, pero en este caso que nos ocupa no se ha podido atestiguar la presencia de dichos túneles de ninguna forma. Desde luego lo que si está probado es que la presencia de minas en los castillos suponía un grave perjuicio para el mismo ya que de la misma forma que podía servir para escapar también podía servir para entrar por parte de los enemigos, con lo que la presencia de los mismos está casi descartada.

HORARIO DE VISITAS ACTUAL Y RESERVA TU ENTRADA