Alconchel aparece a mitad de camino entre Olivenza y Jerez de los Caballeros, a 44 kilómetros al suroeste de la capital de provincia, Badajoz. Limita al norte con Olivenza, al sur con Villanueva del Fresno, al este con Táliga e Higuera de Vargas, y al oeste con Cheles y con Portugal, de la que le separa el río Guadiana.

Su amplia trayectoria histórica que arranca en época pre-romana, puede resumirse en 1000 años de historia cuando nacía en el periodo árabe y sería repoblada en la segunda mitad del siglo XII por cristianos a instancia de Alfonso I de Portugal (Alfonso Enríquez). En 1230, Alconchel pasaba otra vez a la Corona de Castilla y la plaza era cedida a los Templarios. Posteriormente, y por corto período, Alconchel pasaba nuevamente bajo el dominio almohade y portugués. Estuvo bajo la jurisdicción del maestre de la Orden de Alcántara, Gutierre de Sotomayor, quien la rigió hasta que pasaba a los señores de Zúñiga y al marquesado de San Juan de Piedras Albas y Bélgida.

Patrimonio

Seis lugares de este pueblo blanco y limpio, de gran hospitalidad y simpatía, llamarán nuestra atención por encima del resto: el Castillo de Miraflores, el Aljibe y Noria del Huerto de Aguilar, el convento Franciscano de Nuestra Señora de la Luz, la Iglesia de Ntra. Sra. de los Remedios, la Ermita de la Esperanza y la Antigua Cárcel Pública.

El elemento más distintivo de la localidad es el formidable “Castillo de Miraflores” que enclavado sobre la cima del cerro de este mismo nombre, domina con su imponente presencia todos los territorios del entorno. De origen árabe, y reconstruido en el siglo XII por el monarca lusitano Alfonso Enríquez, fue consolidado luego por los templarios, convirtiéndose en uno de los bastiones más importantes de esta Orden. Originariamente se componía de triple recinto, reforzado el intermedio con cubos apuntados hacia el sur. Lo preside una pode-rosa torre de Homenaje, completando el conjunto un buen patio de armas, aljibes, mazmorras, capilla y otras dependencias de las que se conservan distintos restos. Hoy se encuentra en su interior el Centro de Interpretación de las Fortificaciones del Gran Lago de Alqueva, alberga ya un espacio único para convenciones, congresos y exposiciones y se prepara para el hospedaje.

Agroturismo, una experiencia única.

Diversificando la actividad del rico paisaje de dehesa, podemos parar en Alconchel en alguna de las grandes fincas donde conoceremos el funcionamiento de una explotación agroganadera típica de la zona, visionando y realizando distintas actividades, tales como el trabajo con el ganado vacuno, el proceso de cría, los cambio de cerca a caballo montados por los vaqueros…Un recorrido por sus caminos nos permitirá contemplar el toro bravo en la dehesa en las sietes ganaderías ubicadas en el término. Son muy interesantes las visitas a las yeguadas con la explicación de la utilización del caballo en el campo y su cuidado y deleitarse con las exhibiciones de caballos de pura raza en sus distintas modalidades.

Ruta de Alqueva, “El mar de Alconchel”.

Practicar senderismo, paseos en bicicleta o los amantes de la ornitología lo tienen fácil en Alconchel con los interesantes corredores eco-fluviales “Rivera de Alconchel”, “Ruta Cerro de la Esperanza”, “Ruta de los Jarales” y “El Camino Natural del Guadiana”, este último coincidiendo con el denominado Camino de Martín Vaca, ruta que nos adentra en Lago Alqueva, el mayor lago de Europa, portugués, pero con aguas en Extremadura. El entorno se caracteriza por la existencia de matorral mediterráneo, de llanura cerealista y finalmente, de dehesas mixtas de encinas y alcornoques, en cuyas copas albergan durante largas horas del día, milanos, águilas y cigüeñas…, atraídos por los recursos del ecosistema, hasta deleitarnos con la desembocadura del arroyo de Friegamuñoz o el paraje de los Cabriles que se encuentra en el arroyo del mismo nombre. Destacan los inmensos cortes naturales del terreno por el discurrir del arroyo y la dificultad de su superficie. El visitante puede observar aquí, además de la belleza del terreno, los nidos de numerosas aves rapaces, así como algunos ejemplares de Búho real o Gran Duque y algunas parejas de cigüeñas negras.